jueves, 25 de noviembre de 2010

CONDENA AL MALTRATO DE GENERO


25N Día internacional contra el maltrato

Hola cariño, se que estas en casa y borras los mensajes porque de no ser así hace veinte días que
se habría agotado la cinta.  Por favor cógeme el teléfono,...,   No podemos seguir así, no podemos
seguir eludiendo nuestras responsabilidades.  Si tu no quieres hablar conmigo deja por lo menos que
hable yo con ella ,..., Si cambiaras de opinión llámame. Un beso


Hola Amanda soy yo otra vez. Hoy me he pasado por casa Y he visto luz. Se que estáis ahí aunque no quieras hablar conmigo, pero tu contestador es terco y me sigue la corriente. Creo que tengo algún derecho aunque solo sea por los años que viví contigo. Tengo derecho a ver a mi hija y a verte a ti porque siempre serás mi esposa. Tengo derecho a que me des una explicación y me digas exactamente qué ha pasado para que estemos así. No me creo lo de ese amante tuyo. Creo que es mentira lo que pasa es que es más fácil decirme eso. Me dices que hay otro para que me enfade y no insista. Lo malo es que duele, aunque piense que es mentira duele. Quiero ver a mi hija. Necesito ver a mi hija. Ya no por mí, sino por ella. Pienso que se la romperá el corazón, si no está conmigo, si no habla conmigo. Sabes que siempre hemos estado muy unidos. Os hecho tanto de menos,..., Hecho de menos aquellos besos y aquellas caricias, pero ya no es solo eso. Te echo de menos a ti. Aquel juramento de querernos hasta la muerte sigue vivo en mí. Y sé que en ti también, aunque no quieras reconocerlo.


Hola Amanda estoy aquí de nuevo al otro lado de la puerta. Te estoy oyendo llorar y sé que tú puedes oírme a mí mientras grabo el mensaje en tu contestador. ¿Sabes? ya es intimo amigo mío. No llores por favor. No sé que estará pasando por tu cabeza pero debe ser muy grave para que me eludas de esta forma. Me rompe el corazón oírte llorar al otro lado de la puerta. Nunca te había visto llorar y estoy preocupado. Ábreme. Déjame al menos que seque tus lágrimas, que te consuele mi hombro y te abracen mis brazos. Tal vez un médico pueda ayudarnos. La psiquiatría está muy avanzada y seguro que tiene un remedio para lo que quiera que te esté pasando. No es nada del otro mundo tener que acudir a un psiquiatra. He estado informándome y estoy dispuesto a ir contigo si él lo creyera conveniente.

Te quiero ahora más que nunca, porque sé que ahora me necesitas. Me estoy quedando sin batería pero hablaré hasta que se corte. Ayer la vecina de enfrente me trajo un café, porque hacía frio mientras esperaba a que volvierais de la calle. Pero no te vi. Probablemente me viste tú primero y os fuisteis y volvisteis cuando me quedé dormido. ¿Pasaste por encima de mí? Se hacen largas las horas sin ti. Esperando a que un día me abras este muro infranqueable que es mi propia casa. Esa coraza que te creció en el corazón se hará más dura mientras no hablemos. Sigues llorando y cada lágrima que cae sobre tu regazo se clava en mi alma como un arpón. Necesito veros a las dos. Y besaros los labios, como siempre he hecho. Necesito acariciarte el pelo. Tu pelo rubio y sedoso. Sé que algo debo haber hecho aunque no sepa el qué. Tú deberías decírmelo, deberíamos ha ,..., piiii


Hola mi niña vuelvo a ser yo. Hoy he ido a ver a tu psicólogo y no le he sacado la más mínima palabra. Me ha dicho que te echaba de menos y que te ha llamado pero no le has cogido el teléfono. Yo creo que ha sido compasión. Creo que pensó que me sentiría muy mal si me hubiese dicho que con él si hablas. Si en realidad es así, que no le coges el teléfono a él tampoco, creo que deberías hacerlo. Tal vez hablar con él pueda ayudarte. Tal vez pueda ayudarnos. Tal vez yo también debería hablar con él, eso podría ayudarte a ti. Todo lo hago por ti. Mi mente es un mar de dudas y no creo que él sea capaz de aclarármelas. Pero tú sí. He decidido que si hoy tampoco me hablas voy a darte tiempo y distancia. No seguiré esperando día tras día al otro lado de tu puerta. Voy a alejarme unos días para que puedas pensar en paz. Así que si a partir de mañana no escuchas mis mensajes desesperados no me echéis de menos, ni tu contestador ni tú. Bueno os quiero mucho a la niña y a ti pero debo irme.


Eh tu. Sé que ayer te prometí no volverte a llamar pero que cojones es mi casa y llamo porque me sale de los,...,


Se me ha cortado. Que salgas de una puta vez, ¡ostias! Eres una,..., ¡Coño déjame el teléfono! Es mi mujer y la llamo lo que quiero. Dame el puto teléfono. ¡Quita joder! Que leches voy a empeorar, si ya no hay nada que pue,...,


Hola Amanda. Quiero pedirte perdón. Ayer estaba muy borracho y no era consciente de mis actos. Me junte con Julio y me calentó la cabeza demasiado. Creo que ahora sí que lo he jodido todo, pero tú sabes que ni pienso, ni he actuado nunca de ese modo. No sé ni lo que dije. No hay palabras suficientes para pedirte perdón, porque sé que no hay perdón que valga. No sabes hasta que punto estoy arrepentido. Tanto que estuve a punto de coger mis llaves y entrar a por la cinta del contestador. Pero te prometí no usarlas hasta que tú me dieras permiso y yo siempre cumplo mis promesas. A pesar de lo que puedan traer consigo. Tanto que un día jure amarte hasta la muerte y a pesar de que tú dudes de lo que un día estabas tan segura, yo no. Y a pesar de que se me rompa el corazón en mil pedazos y lo pises con crueldad, no dejaré de amarte nunca. Bueno como también te prometí darte un poco de distancia esta será mi última llamada.


Hola Amanda. Hoy hace tres días de mi última llamada y las cosas no han cambiado, pero hoy es el cumpleaños de mi hija y me gustaría felicitarla. Por favor, déjame hablar con ella. ,.., Solo llamo para eso

No puedo creer que me nieges esto que te pido, solo quiero felicitarla. Que sepa que su padre se sigue acordando de ella cada minuto que vive. No sabes hasta que punto me ha costado no llamaros estos días. No sabes lo que me costó veros pasar la otra tarde a dos metros de mí y morderme la lengua para no saludaros. Pero tal vez tú lo habrías interpretado como una traición. Yo no os busque pasasteis por delante de mi pensión. Ibas camino del psicólogo, de modo que ahora sé que por lo menos con él si que hablas. Si tú quieres que las cosas sigan así sumidas en este eterno monólogo entre tu contestador y yo, así seguirán. Pero quiero que sepas que no es grato ni para mí, ni para nadie estar sentado en tu felpudo como un perro esperando las sobras de tu amor. No obstante creo que mi paciencia es más grande que mi desánimo, así que resistirá. La niña también es mía y tengo el mismo derecho que tú sobre ella. Solo digo que no me gustaría tener que actuar como esos padres que desaparecen con sus hijos para hacer sufrir a las madres. Piénsalo, es tu decisión.


Hola Amanda he vuelto a ir a tu psicólogo. En un principio me dijo que ya no ibas pero le aseguré que te había visto salir de su consulta y finalmente dio su brazo a torcer. Aun así no quiso contarme nada. Dice que sus consultas son íntimas, que se debe al secreto profesional. No lo entiendo, si tu vas a contar nuestras historias a un tio a cambio de dinero ¿qué intimidad puede haber en ese acto? Lo único que me dijo es que estabas mejorando y cuando insistí me amenazó con llamar a la policía. Entonces le dije que de acuerdo que si a ti podía aconsejarte por dinero, que yo le pagaría para que me aconsejara a mí. Supongo que ya lo sabrás porque hoy ha sido día de consulta y él no estaba, pero quería que supieras mi versión de los hechos. El podría haber tergiversado las cosas, así que no me quedó más remedio que hacerle lo que le hice. No quisiera que supieras lo que le dolió en primera persona.


Sigo aquí, un día más haciendo guardia ante tu puerta. Me estoy empezando a cansar, así que creo que cambiaré de táctica. Me he comprado una tienda de campaña y haré una manifestación en tu jardín. En nuestro jardín. Huelga de hambre. Suena duro, pero tú me estás empujando a ello. He dejado el trabajo para poder vigilarte a todas horas. Así no podrás salir de mi casa sin toparte conmigo. Ni siquiera comprarás el pan sin ver mi fea cara. Tal vez así te dignes a dirigirme la palabra aunque solo sea para pedirme paso. A mirarme a los ojos para apartarme de una patada. A recordar que un día fui parte de tu vida, todo eso sabrás cuando pases por encima de mí. Y si no sales o se te ocurriera llamar a la policía atente a las consecuencias.


Ya estoy aquí. Ya no podrás volver a deshacerte de mí nunca más. Ya no podrás hacer que mi hija se olvide que un día tuvo un padre. ¿Qué la dirás cuando la tengas que decir que no podéis salir de casa? No creo que la hayas dicho como otras estúpidas que su padre murió y está en el cielo cuidando de ella. No, tú no eres así. No eres tan inteligente como para poder inventar una historia completa. Déjame verla o empezaré la huelga de hambre en este mismo instante. Es la última vez que te lo pido. Bueno Amanda odio tener que haber llegado aquí pero la próxima vez que hablemos será aquí fuera. O en el cementerio. Porque te aseguro que o das tu brazo a torcer o esto llegara a la muerte. Pero porque tenemos que morir sin luchar. ¿Sabes qué te digo? Tengo la llave en la mano y voy a usarla. Voy a entrar y si quieres lucha lucharemos porque estoy muy cabreado. Tú me has obligado a hacerlo de nuevo. Luego no vayas a denunciarme, y si es así diles que te lo has merecido.
Vamos Valentín. Ya has tenido suficiente.
¿Quién es usted? ¿Quien ha llamado a la policía?
Vámonos Valentín. Sabes que esta no es tu mujer, que jamás has tenido una hija y que si dejas de tomar la medicación te pasan estas cosas. Venga vámonos. Tienes una sorpresa en el psiquiátrico ¿Sabes? Hemos plantado un árbol, tú nos diste la idea. Venga levanta. Buen chico. Apaga el móvil y dime de donde lo has sacado.

Hay más locos que los reconocidos
Nadie merece encontrarse con uno de ellos


 Autora: Nuria L. Yágüez

Seguir leyendo(...)