Ese día
se levantó triste como vacía, le costaba respirar. Habían muerto tantas cosas
en su vida que no podía entender porque su corazón seguía latiendo.
En su pecho
había un vacío enorme que no podría llenar con nada.
Abrió su blog y escribió como
una obligación que se había impuesto para no desaparecer en el vació de su
corazón. Pero ese día le esperaba una sorpresa. El amor de su vida, al que ella
todavía no conocía le esperaba allí. A partir de ese día, volvió a sonreír desde
dentro.
Después abandonó su blog en la orilla donde nacen las tormentas. Dejó
descansar la tabla que le ayudó a sobrevivir, por si alguien la necesitaba. Cuando
comprobó que nadie la usaba, la recuperó la lijo, la barnizó y la colgó de
recuerdo en su nuevo hogar. Ahora no sobrevive aferrada a ella, ahora disfruta imaginando.
Autora: Nuria L. Yágüez
Autora: Nuria L. Yágüez
2 comentarios:
Como siempre....casi indescriptible.Inesperada....y a la vez impresionante!!
Felicidades...y Gracias por deleitarnos a tod@s.2-3
Sigue cuidando de esa tabla de salvación que llegó a ti inesperadamente. Yo me considero un trocito de esa tabla, pero por insignificante y pequeño que sea ese trocito, siempre puedes contar con el.
Te quiero un trocito. Besos.
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